La otra cara del duelo: la falta de sexo en la viudez

Después de que Alice Radosh perdiera en 2013 al que fuera su esposo durante 40 años recibió, además del pésame habitual, incontables ofertas para ayudarle con sus asuntos financieros, con su auto y con las reparaciones en casa. Pero nadie, ni siquiera amigos cercanos o terapeutas, se atrevió a discutir una perturbadora necesidad presente en muchas mujeres y hombres mayores que sobreviven a sus parejas sexuales.


Radosh, de 75 años y neuropsicóloga de profesión, lo llama el “luto sexual”, que define como el duelo asociado a la pérdida de intimidad sexual con una pareja de vida. El resultado, según escribieron ella y su coautora Linda Simkin en un informe publicado recientemente, es “un duelo sin derechos, un duelo que no se reconoce abiertamente, que la sociedad reprueba y que no se comparte públicamente”.

Así es, queridos lectores de todas las edades e hijos de padres de edad avanzada: mucha gente en sus años dorados aún tiene deseo sexual y anhela la intimidad que se ve interrumpida cuando la pareja se enferma gravemente o muere.

“Los estudios demuestran que la gente aún tiene y disfruta del sexo a los 60, 70 y 80 años de edad”, dijo Radosh. “Esta gente considera que sus relaciones sexuales son una parte extremadamente importante de su vida. Sin embargo, cuando el cónyuge muere, todo se acaba”.


Sin embargo, un informe publicado por el Departamento de Salud del Reino Unido en 2013, Marco para el Servicio Nacional para Adultos Mayores, “no menciona los problemas relacionados con asuntos sexuales que la gente pueda enfrentar”, escribieron Radosh y Linda Simkin en la revista especializada Reproductive Health Matters.

“Los investigadores incluso han sugerido que algunos profesionales del cuidado de la salud quizá comparten el prejuicio sobre el sexo entre la gente mayor y piensan que es ‘desagradable’ o ‘simplemente gracioso’”, por lo tanto, evitan discutir asuntos sexuales con sus pacientes mayores.

Radosh y Simkin llevaron a cabo “una encuesta exploratoria entre las mujeres casadas”, la cual esperan que produzca estudios posteriores sobre el luto sexual y, lo más importante, que reduzca la reticencia entre la gente común y los profesionales de la salud para hablar abiertamente acerca de esta fuente importante de duelo emocional y físico.

Incluso entre viudas, no es común hablar del asunto, dijo Carole Brody Fleet de Lake Forest, California, autora del libro Happily Even After, quien quedó viuda a los 40 años. En entrevista, dijo que “nadie mencionó el tema de mi sexualidad”. Carole Brody Fleet realiza talleres para gente viuda y es muy directa al tratar el tema con los asistentes, algunos de los cuales incluso piensan que son “malas personas” simplemente por pensarlo.

Ella señala que existe “una emoción prevalente: la culpa. Las viudas no discuten con amigas o con profesionales de la salud mental sobre la pérdida de intimidad sexual porque sienten que están siendo infieles. Piensan, ‘¿Cómo es posible que me sienta así?’, pero no estás traicionando o poniendo en entredicho el amor hacia tu pareja ausente”.

“Puedes honrar tu pasado, atesorarlo, pero no tienes que vivir en el pasado. No tienes que escoger entre una situación y otra. Puedes incorporar tu vida anterior a tu nueva vida. Las personas tenemos una capacidad infinita para amar”.

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