¿la automatización eliminará las nuevas oportunidades para los trabajadores?

La tecnología está afectando a los mercados laborales en todo el mundo. Máquinas cada vez más inteligentes realizan los trabajos rutinarios. Muchos procesos de producción tradicionales y con uso intensivo de mano de obra están quedando obsoletos a raíz de la impresión tridimensional. En general, casi la mitad de todos los empleos podría estar en riesgo en Estados Unidos debido a la automatización. 



Los empleos que se pierden no solo se limitan a las ocupaciones manuales, sino que también cada vez más desaparecen trabajos administrativos altamente remunerados, como en los sectores de los seguros y la salud o incluso en las burocracias gubernamentales. ¿Es este el final del trabajo tal como lo conocemos? No nos apuremos tanto, dicen algunos, sosteniendo que los avances tecnológicos y la automatización no han conducido necesariamente a una menor demanda de empleo en términos generales. Un ejemplo que se suele citar es el hecho que la introducción del cajero automático provocó una ampliación de los puestos de trabajo en la banca minorista a medida que los bancos abrían más sucursales.

Si bien la tecnología y las personas podrían trabajar mano a mano, la automatización está provocando un desplazamiento importante de los trabajadores. La tecnología está haciendo que los trabajos sean menos manuales y rutinarios y más interactivos, creativos y cognitivos. No todas las personas que pierdan empleos rutinarios podrán encontrar inmediatamente nuevos empleos que no sean rutinarios y que sean interactivos, creativos y cognitivos, y tal vez nunca lo hagan. 


La edad es importante: en el mercado laboral del siglo XXI que cambia rápidamente, los trabajadores necesitan sólidas habilidades cognitivas y sociales para realizar trabajos cada vez más creativos y convertirse en aprendices exitosos de por vida. Sin embargo, los trabajadores de mediana edad y mayores en las economías emergentes y avanzadas suelen estar mal preparados: según datos de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estos tienden a ser menos hábiles para resolver problemas y a tener menos experiencia en el uso de la computadora que los trabajadores jóvenes.


Los jóvenes muestran una mayor capacidad de resolver problemas que los adultos mayores, según promedios informados para los años 2012 y 2015 por la OCDE. (Fuente: OCDE (2016), Skills Matter: Further Results from the Survey of Adult Skills)


¿Cómo pueden responder los Gobiernos? 

En primer lugar, la automatización del lugar de trabajo obliga a realizar un gran esfuerzo para aumentar la calificación de la fuerza laboral. Los Gobiernos, para estar preparados en la era de la automatización, deben modernizar la educación y potenciar las habilidades cognitivas y sociales de los futuros integrantes del mercado laboral, particularmente los niños de contextos socioeconómicos desfavorecidos que suelen quedar rezagados. 


Sin embargo, mejorar las cualificaciones profesionales de la fuerza laboral adulta actual es mucho más difícil. El momento crucial para adquirir habilidades cognitivas finaliza a comienzos de la vida adulta. Esto significa que mejorar las competencias de los trabajadores de mediana edad y mayores será más arduo en el caso de aquellos que carecen de las habilidades cognitivas básicas que les permitirían continuar aprendiendo durante toda la vida. 


Si bien hay un margen para modernizar la oferta de capacitación con nuevos métodos y tecnologías, los datos sobre el aprendizaje permanente y los cursos de perfeccionamiento para adultos suelen ser escasos, en particular en el caso de los trabajadores de mayor edad y de menor nivel de educación.


¿Ingreso básico universal o empleos subvencionados con fondos públicos?

Si sus carencias de competencias no pueden ser lo suficientemente subsanadas, muchos trabajadores de mediana edad y mayores corren el riesgo de no obtener los beneficios de la economía impulsada por la tecnología. ¿Cómo pueden sobrevivir de otra manera que no sean los ingresos laborales? La revolución en el mundo del trabajo trae aparejadas ideas revolucionarias. Tomemos el caso del ingreso básico universal incondicional. 


Aunque los suizos rechazaron la introducción de un ingreso básico universal en un referéndum el año pasado, en Finlandia  se está llevando a cabo de manera experimental un programa de este tipo, y el “revenu universel” es un tema destacado en los debates con motivo de la elección presidencial en Francia. Usualmente, esta idea cuenta con el apoyo por igual de políticos de diferentes tendencias, sindicatos y el mundo tecnológico de Silicon Valley. 


En esencia, se refiere a que todos los adultos tendrán derecho a una transferencia monetaria no condicionada, que compensará la pérdida o reducción de los ingresos laborales y permitirá a las personas realizar otras actividades. 


La idea de un ingreso básico universal sigue siendo controvertida por muchas razones, pero hay una crítica que se destaca: el dinero en efectivo no condicionado puede provocar la pasividad de las personas, ya que las personas valoran el trabajo no solo por los ingresos que proporciona, sino también por el estatus y la dignidad que conlleva.

Mientras los Gobiernos exploran nuevas ideas sobre cómo apoyar a quienes no se benefician con la automatización, habrá que examinar en primer lugar los empleos subvencionados con fondos públicos. Se suele criticar, a los programas de obras públicas porque no mejoran la probabilidades de empleo de los beneficiarios. 


Pero en la era de la automatización es necesario evaluarlos no solo con respecto al objetivo tradicional de permitir a los desempleados retornar a los empleos del sector privado. En el futuro, la justificación de los programas de obras públicas debería sustentarse por igual en los argumentos de la inclusión social y la estabilidad social, ya que proporcionan a aquellos que no se benefician con la automatización una oportunidad de ganarse el sustento y seguir contribuyendo de manera activa en la vida pública. 


Si bien en la era de la automatización tradicionalmente se ha puesto énfasis en los trabajos manuales y no especializados que no están en consonancia con las competencias de los trabajadores y las necesidades públicas, esta época podría dar lugar a una nueva generación de trabajos públicos con un valor social: por ejemplo, el cuidado de niños o ancianos, una necesidad que aumenta rápidamente con el envejecimiento de la población, o la prevención comunitaria del delito y la violencia. Después de todo, un trabajo se podría reemplazar por otro trabajo.


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