Estados Unidos extiende indefinidamente el cierre de fronteras a viajes no esenciales

La extensión mantiene las restricciones dictadas en marzo. Estarán cerradas "hasta que esta administración esté convencida de que hacerlo es seguro", dijo este martes el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf.





El funcionario agregó que "nuestros esfuerzos en los últimos meses para limitar los viajes no esenciales han tenido éxito y ahora no es el momento de cambiar de rumbo". Dijo además que el presidente Donald Trump "ha dejado en claro que debemos continuar manteniendo el comercio legítimo mientras limitamos a aquellos que buscan ingresar a nuestro país con fines no esenciales".


El cierre fue decretado el pasado 20 de marzo por un período de 30 días en respuesta a la batalla contra la pandemia del covid-19, que a la fecha ha matado a más de 90.000 personas y contagiado a más de 1,5 millones en el país. El 20 de abril fue prorrogado de mutuo acuerdo entre ambos países por otros 30 días.


Poco antes del anuncio el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, había anunciado que la frontera de su país con Estados Unidos permanecerá cerrada para todos los viajes no esenciales durante otro mes, hasta el 21 de junio.


La frontera entre Canadá y Estados Unidos es la más larga del mundo con 5.500 millas (8.900 kilómetros) y fue cerrada el 21 de marzo.


El cierre de las fronteras entre los tres países es considerado clave para mantener a salvo a las personas mientras la ciencia avanza en busca de una vacuna contra el covid-19.


La extensión del cierre de las fronteras, esta vez de manera indefinida, mantiene las restricciones dictadas en marzo.


Las mercancías, el comercio y los trabajadores de la salud continuarán cruzando ambas fronteras. Los más afectados serán los turistas y solicitantes de asilo.


El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha insistido en que la medida no afecta el comercio y que se trata de una parte de los esfuerzos para “detener” la propagación del nuevo coronavirus aparecido en China en octubre del año pasado y que se ha extendido por todo el planeta.


La prolongación de las medidas de emergencia “seguirán afectando principalmente a las personas que llegan a la frontera en busca de asilo”, dijo Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Ángeles, California. “No los van a dejar pedir el beneficio. Van a seguir regresándolos a México”, agregó.


Gálvez dijo además que algunos mexicanos con visas temporales de trabajo “también seguirán siendo afectados por esta medida”. “Lo mismo sucederá con los inmigrantes que traten de llegar por la frontera con Canadá”, indicó.


La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) condenó la decisión y dijo que la medida “no tiene nada que ver con frenar la propagación del covid-19”.


“El gobierno se niega a prestar atención a los consejos de expertos en salud pública para proteger a los inmigrantes, empleados del gobierno y al público en general de enfermedades y muertes, incluso liberando a las personas detenidas por la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) y suspendiendo la aplicación de la ley de inmigración civil”, dijo Andrea Flores, subdirectora de política de inmigración de la ACLU.


Flores indicó además que “el presidente está empeñado en explotar una crisis de salud pública para lograr su objetivo de larga data de poner fin al asilo en la frontera”.


“Él también está duplicando el miedo a los inmigrantes, muchos de los cuales son trabajadores esenciales durante esta crisis”, precisó.


ACLU indicó además que los estadounidenses no deben permitir ser engañados y que “el objetivo del presidente no es proteger nuestra salud, es sembrar la división y avanzar en su agenda política".


El grupo de migrantes más afectado por el cierre de fronteras debido a la pandemia son aquellos que aguardan en México la resolución de sus casos de asilo en Estados Unidos.


Desde que fue implementado el Programa de Protección del Migrante (MPP) a finales de enero del año pasado, más de 65.000 migrantes han sido devueltos y aguardan en zonas y ciudades consideradas como las más peligrosas del mundo.


El pasado 10 de mayo los departamentos de Justicia (DOJ) y Seguridad Nacional (DHS) anunciaron la prórroga de audiencias en los tribunales de inmigración hasta el 19 de junio, advirtiendo que los procesos se reanudarán “tan pronto como sea posible” siempre y cuando las condiciones relacionadas con covid-19 lo permitan y garanticen la seguridad de las personas.


Un reciente análisis publicado por el sitio de Law360 reveló que los inmigrantes sujetos al MPP “han tenido que presentarse en la frontera en sus fechas de audiencia originales desde que estas se suspendieron por primera vez en marzo. Pero según los nuevos procedimientos, ahora deben llegar al puerto de entrada un mes después de su fecha de audiencia programada inicialmente para recibir un aviso de la nueva fecha”.


Citando a abogados que brindan servicio pro bono en la frontera, el informe narra que cada día decenas de migrantes se presentan en las garitas para recibir una nueva fecha de audiencia, y que entre las oleadas de peticionarios de asilo hay niños, incluso bebés. 


Agrega, muchos de los migrantes que aguardan en México por sus audiencias no reciben suficiente información respecto a los cambios decretados por la Corte de Inmigración, situación que aumenta el miedo entre los inmigrantes quienes temen que un solo error pueda significar que pierdan sus casos de asilo.

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