Educar a las niñas, poner fin al matrimonio infantil

Cada día, 41 000 niñas se casan antes de cumplir 18 años de edad, es decir 15 millones de niñas todos los años. Si bien tanto niños como niñas contraen matrimonio a una corta edad, la práctica del matrimonio infantil afecta principalmente a las niñas en la mayoría de los países del mundo.




Mantener a las niñas en la escuela, les permitiría tener mayor acceso a seguridad, salud y educación, y poder elegir y tomar sus propias decisiones en la vida. Foto: © Simone D. McCourtie / Banco Mundial


Se trata de niñas como Nafissa* (no es su nombre real), de Níger.

“Dejé (de ir a) la escuela para casarme”, dice la adolescente. “Se debió a la mentalidad de las personas y sus prejuicios. Tuve que casarme durante un receso escolar y, antes de que pudiera regresar a la escuela, quedé embarazada. Después de eso, nunca volví”.
El matrimonio infantil afecta profundamente a las niñas casadas, sus hijos, sus familias e incluso los países donde ellas viven. Poner fin a esta costumbre es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. De hecho, esta práctica tendrá un costo de miles de millones de dólares para los países en desarrollo a fines de 2030, según un nuevo informe (i) del Grupo Banco Mundial y el Centro Internacional de Investigaciones sobre la Mujer.


Las niñas se casan a menudo debido a la presión de los padres y familiares, la pobreza y la falta de alternativas. El acceso limitado a una educación de calidad y el hecho de que las familias priorizan la educación de los varones por sobre la de las niñas —en parte debido a las limitadas oportunidades de empleo— contribuyen a perpetuar el matrimonio infantil.


“Las escuelas primarias se encuentran muy lejos. En su camino a la escuela, las niñas se encuentran con hombres. Luego, algunas quedan embarazadas y abandonan la escuela”, cuenta un padre de Uganda. “Además, no tenemos una escuela vocacional que capacite a nuestras hijas después que completan la educación primaria y secundaria, así que educar a las niñas lo vemos como un despilfarro de recursos”.


El impacto del matrimonio infantil puede ser devastador para las niñas casadas en términos de pérdida de oportunidades de educación e ingresos, pero también debido a los riesgos sanitarios al dar a luz a una edad temprana.

 
El matrimonio infantil no solo pone fin a las esperanzas y los sueños de las niñas. También frena los esfuerzos orientados a terminar con la pobreza y lograr el crecimiento económico y la equidad, dice Quentin Wodon, autor principal del informe. Poner fin a esta práctica no es solo una obligación moral, sino también una medida racional desde el punto de vista económico.



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