Repensando el Turismo

Desde sus orígenes, el Turismo ha sido una actividad basada en el desplazamiento de personas: en los comienzos los romanos viajaban para descansar a sus Villas de verano.




Siglos más tarde, esta actividad quedó reservada solo para clases acomodadas que realizaban grandes viajes conocidos como “Grand Tour”. Y es así que muchos suponen que ése es el origen de la palabra “Turismo”.




Pero el Turismo empieza a ser más masivo recién a partir de los años cincuenta, donde gran parte de la población comienza a acceder a vacaciones pagas y a tener más de tiempo libre, sin olvidarnos de avances en la aviación comercial, accesibilidad al automóvil y de una baja en el precio del petróleo.




Asimismo, el crecimiento de las relaciones internacionales entre países contribuyó al crecimiento del turismo internacional. Y así es como poco a poco la oferta turística fue creciendo, se fue estandarizando y la demanda también fue consumiendo cada vez más, hasta llegar a la década de los años ochenta en donde el mercado turístico alcanza su madurez.




En los últimos años el turismo ha seguido creciendo, a un ritmo del alrededor de un 4% anual y hemos comenzado a ver “overtourism” o saturación turística en ciertos destinos.




Todos estos factores comenzaron a moldear el turismo hasta llegar a lo que hemos conocido y que seguramente post pandemia no volvamos al mismo lugar.




Lo que nos hace plantear lo siguiente: ¿Cómo podemos repensar el turismo?. Claramente esta pandemia nos está poniendo de manifiesto que no podemos volver al viejo modelo.




Es necesario encontrar el “punto justo” en Turismo, que nos permita mejorar el gasto turístico de cada visitante, sin necesidad de saturar el destino. ¿No estaría bueno elegir qué tipo de turistas queremos en nuestro destino? 



“Cuando vuelva a viajar, no quiero hacer fila, no quiero estar en medio de una multitud. Por eso voy a buscar lugares donde viajar y en donde pueda disfrutar tranquilo. Y si esto implica pagar un poco mas, estaré feliz de hacerlo” Peter Greenberg, editor de viajes de CBS News




Ahora que nuestra capacidad (en restaurantes, hoteles, aviones, cruceros, etc.) quedará reducida, por efectos de la distancia social de acuerdo a lo que los nuevos protocolos comenzarán a exigir: ¿no es buen momento para rediseñar nuestro servicio? ¿O repensar nuestro producto?



Si, ya lo sé: Estamos en un momento en el que estamos más angustiados por no tener ingresos y no ver “la luz al final del túnel”, ya que, una vez más, se extendió la cuarentena. Al menos esto pasa en Argentina, donde vivo, aunque la misma situación ocurre en la mayoría del mundo, donde el 96% de las fronteras están cerradas.


Llegó el momento de repensar el turismo, de repensar nuestro producto turístico y nuestro servicio. Hasta ahora el modelo de negocio era lineal y basado en el volumen y/o aglomeración de gente: a mayor cantidad de turistas, mayor cantidad de ingresos. Hoy eso es inviable, al menos por los próximos años.


¿Qué podemos cambiar? ¿Que podemos mejorar? ¿Qué debemos limitar? ¿Y qué debemos eliminar?


Estas preguntas son el punto de partida para comenzar con ese rediseño, teniendo siempre en cuenta que quiere nuestro cliente, nuestro huésped o nuestro turista. No solo para darle aquello que espera, sino también para sorprenderlo y darle algo que no esperaba, pero que una vez que lo haya recibido, quiera tenerlo siempre.

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