San Martín le dice adiós al cash: estuvo en 40 billetes durante 150 años y fue testigo de la depreciación de la moneda argentina
A fin de mes dejará de circular el papel de 5 pesos que lleva su imagen, pero su presencia en la numismática argentina abarca desde una moneda de 5 centavos hasta un hiperinflacionario billete de un millón.
La envidia de los coleccionistas: San Martín y Belgrano compartiendo el anverso del billete de 500 pesos oro. |
A 28 años y 2 meses de su estreno, el sábado 29 de febrero dejará de circular el billete de 5 pesos y de esa manera la imagen del general José de San Martín volverá a estar ausente después de 78 años de presencia ininterrumpida en los sucesivos signos monetarios argentinos.
Como un testigo involuntario de cómo se fue desvalorizando el dinero de circulación legal que tuvo el país desde 1881 (peso moneda nacional, peso ley 18.188, peso argentino, austral y el actual, convertible hasta enero de 2002), San Martín estuvo presente en por lo menos cuarenta billetes y nueve monedas.
Joven, maduro o anciano, a veces montado sobre su caballo blanco en los reversos, con denominaciones que oscilaron entre los 5 centavos y el millón de pesos, San Martín compartió la numismática local con personajes ilustres que aún siguen presentes en los billetes y otros que pasaron al olvido.
El billete de mayor valor nominal: un millón de pesos ley 18.188 |
Incluso con extranjeros que nunca pisaron el suelo argentino, como Simón Bolívar, George Washington, Benjamin Franklin, William Penn o Irineu Evangelista de Sousa, Barón de Mauá.
Y, mal que les pese a los detractores de ballenas y yaguaretés de los billetes de esta época, también debió coexistir con perros, toros, vacas, ovejas, caballos, llamas, ñandúes y hasta un canguro.
Riesgos que se corrían al mandar a imprimir los billetes a otros países que confundían a las Provincias Unidas con Australia.
Al igual que la mayoría de los anteriores, el pase a mejor vida del billete verde de cinco pesos refleja el constante deterioro del valor real de la moneda argentina a lo largo de décadas.
Nacido el 1° de enero de 1992, desde su inicio y por 10 años fue equivalente a 5 dólares estadounidenses, hasta que el 6 de enero de 2002 la ley de Emergencia Pública derogó los artículos de la ley de Convertibilidad que establecía la relación 1 a 1 entre los pesos en circulación y los dólares de las reservas internacionales.
Su depreciación desde entonces no tuvo interrupciones y hoy, según las distintas versiones de dólares, su valor oscila entre 6 y 8 centavos de la moneda estadounidense. Nada para alarmarse si se tiene en cuenta que en los 100 años transcurridos entre febrero de 1920 y la actualidad el dólar medido en pesos aumentó 360,5 billones de veces.
Otra rareza: un San Martín irreconocible en un billete de 8 pesos del Banco de Londres y Río de la Plata fechado en la ciudad de Rosario |
El primer billete del que se tiene noticias con la imagen de San Martín data de 1866, dieciséis años después de su fallecimiento. Era la prehistoria monetaria, quince años antes de la unificación ordenada por el presidente Julio Roca en el peso moneda nacional, y en ella coexistían billetes y monedas de diversa procedencia, incluso del exterior, como reflejo inevitable de la economía de un país que intentaba organizarse como podía.
Es por ello que a muchos billetes que circularon entre 1826 y 1881 se los pasó a denominar “pesos plata boliviana”, porque si bien eran emitidos por bancos y gobiernos provinciales, contaban con el respaldo metálico del país vecino. Así fue el debut de San Martín en la numismática argentina, en un billete de 1 peso con respaldo de plata boliviana, emitido por el Banco de Londres y Río de la Plata, aunque estuviera en Rosario, a orillas del Paraná.
También de 1866 y emitido por el mismo banco data un extraño billete de 8 pesos fuertes, con un San Martín anciano que nunca se repitió en la iconografía patria.
Quince años antes de la entrada en vigencia del peso moneda nacional, en 1866 los pesos fuertes contaban con respaldo de plata boliviana |
Tres años después, en 1869, el Banco de la Provincia de Buenos Aires imprimió su primer billete con San Martín, por un valor de 500 pesos fuertes.
El ingreso de San Martín al peso moneda nacional, el primero de los signos monetarios de curso legal en todo el territorio argentino, tuvo lugar en 1883, dos años después de la creación de la unidad monetaria que regiría por 88 años.
Desde la perspectiva actual, en la que la figura de San Martín es sin discusión la primera en la galería de próceres, puede parecer extraño la poca relevancia que se le adjudicó a la hora de fijar para la historia los íconos que representarían a la Argentina en su moneda.
El "billete de mil" inmortalizado por Los Náufragos también contaba con la imagen del padre de la Patria
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En una práctica que no tuvo reiteraciones, los primeros billetes de los pesos moneda nacional no llevaban la imagen de un personaje sino de dos. Fue así que San Martín compartió el anverso de los primeros billetes de 500 pesos oro con Manuel Belgrano en dos versiones: en una había en el reverso una alegoría de una mujer con la bandera argentina y en el otro un gaucho con caballos.
Los otros billetes de la serie contaban en sus anversos duetos de personajes que, con la excepción de Bernardino Rivadavia y Bartolomé Mitre, jamás volvieron a ilustrar un billete: Luis Argerich (hijo de Cosme), Martín Rodríguez, Manuel Pinto, Adolfo Alsina, Florencio Varela, Juan Lavalle, José María Paz, Juan Antonio Álvarez de Arenales, Juan Gregorio de Las Heras, Cornelio Saavedra, Juan Martín de Pueyrredón, Carlos María de Alvear, Guillermo Brown, Dalmacio Vélez Sarsfield, Mariano Moreno y Martín García.
Y en lo que, al parecer, no generó ningún escándalo ni denuncia, hubo cinco billetes con la imagen de políticos que estaban en actividad (el mencionado Mitre, Domingo Sarmiento, Nicolás Avellaneda y Julio A. Roca) y uno que, además, era el mismísimo presidente de la Nación en ejercicio de sus funciones (Miguel Juárez Celman).
Ocho años antes de la creación del Banco Nación y 52 antes de la del Banco Central, el desaparecido Banco Nacional emitió este billete de 500 pesos.
Todos esos billetes fueron emitidos por el Banco de la Provincia de Buenos Aires pero, a pesar de la unificación monetaria, aún subsistía la posibilidad de varios bancos emisores. El primer billete de pesos moneda nacional con San Martín solo, sin compartir cartel con otro prócer, correspondió al Banco Nacional, fue contemporáneo al anterior y al igual que este era de 500 pesos oro. También tuvo dos versiones con distintos reversos. En un lo ilustraba una mujer y en el otro un explorador con aborígenes, una opción políticamente inapropiada a los ojos del siglo XXI.
A partir de 1888, a través de la ley de bancos nacionales garantidos se autorizó la emisión de pesos m/n a la entidad financiera que realizada un depósito en oro en el Tesoro Nacional. Allí estuvo San Martín en el anverso del billete de 1.000 pesos.
En 1899 comenzó un impasse de 43 años en los que San Martín y todos los otros próceres dejaron de figurar en los billetes. Hasta 1935, todos los billetes, desde el de 50 centavos hasta el de 1.000 pesos, contaron en su anverso con la denominada “efigie del Progreso”, en una suerte de anticipo para laudar en la disputa que más de un siglo después divide a los partidarios de ilustrarlos con próceres o con representantes de la fauna autóctona.
Con apenas dos años, el peso argentino fue el que tuvo el menor tiempo de vigencia
Con la creación del Banco Central en 1935, el control de la emisión pasa a sus manos y la responsabilidad de la impresión a las de la Casa de la Moneda. Por siete años, se repitieron los diseños anteriores, hasta que en 1942 San Martín regresa a los billetes para continuar de manera ininterrumpida hasta el presente.
El tiempo transcurrido desde las primeras notas impresas en el siglo XIX fue determinante para que el Libertador retornara con nuevos bríos. La historiografía oficial ya lo había encumbrado al liderazgo indiscutido y esa visión quedó plasmada en la nueva serie de billetes. A tal punto que durante 27 años su presencia monopolizó los anversos de todas las denominaciones del peso moneda nacional. Tanto el de 5 pesos, que el ingenio popular pasó a llamar “cocinero” (“cocin” es cinco “al vesre”), como la “fragata” de 1.000 (por la ilustración de la Fragata Sarmiento en el reverso), que a su vez se popularizó en el “tengo un billete de mil/sábado” que Los Naúfragos popularizaron en “Otra vez en la vía”.
Asimismo, en la conmemoración del centenario de su fallecimiento, en 1950 se acuñaron monedas de 5, 10, 20 y 50 centavos, primero de una aleación de cobre y níquel y luego de acero revestido con níquel. Los homenajes se reiteraron con otras monedas conmemorativas en 1978, por el bicentenario de su nacimiento, y en 2000, en el sesquicentenario de su deceso.
El "cocinero" de 5 pesos
La vigencia del peso moneda nacional se extendió hasta el 31 de diciembre de 1969 y al día siguiente comenzó a circular el peso ley 18.188, nacido de la eliminación de dos ceros a la anterior denominación. Comenzaba así el cambio de signos monetarios por el efecto de la inflación que hacía ya varios años no paraba de erosionar el valor real de la moneda, con el consiguiente vuelco de cada vez más personas al ahorro en dólares, que se transformó en la referencia para distinto tipo de transacciones.
Un simple ejercicio puede servir para entender a qué se debe tanto apego de los argentinos a una moneda de otro país. Si ese 31 de diciembre alguien que contara con diez billones de pesos moneda nacional hubiera optado por cambiarlos por dólares y guardarlos hasta el día de hoy, contaría con 28.409.090.909,09 dólares. Si, por el contrario, hubiese preferido atesorarlos sin convertirlos a otra moneda, lo que tendría hoy es un peso. La diferencia entre la capitalización de Mercado Libre y medio bizcochito de grasa.
Ajeno a esos cálculos, San Martín tuvo que esperar hasta 1971 para su regreso a un billete de 100 pesos ley. En 1970, los tres billetes nuevos de 1, 5 y 10 pesos contaban con la cara de Belgrano. Pero eso no significó la ausencia del Padre de la Patria, ya que, como sucedió en los posteriores cambios de la moneda local, coexistieron los billetes nuevos con los viejos por un lapso prudencial. Es decir que, a pesar de que ya no era la moneda legal en curso, los pesos moneda nacional siguieron circulando hasta su completa absorción por el Banco Central.
La versión menos usada del billete pronto a salir de circulación, con San Martín compartiendo el reverso con Artigas, Bolívar y O'Higgins
Entre 1971 y 1981 se imprimieron pesos ley con la cara de San Martín de diez denominaciones diferentes: 50, 100, 500, 1.000, 5.000, 10.000, 50.000, 100.000, 500.000 y 1.000.000, el máximo valor nominal que haya existido en la historia argentina y el único que alcanzó las siete cifras.
Desde ya que, como debió aprender a la fuerza el pueblo argentino, el valor nominal no tiene nada que ver con el valor real: cuando el peso argentino llegó a su fin, es millón de pesos o “palo”, equivalía a 10 dólares.
Ese día llegó el 1 de junio de 1983 con el nacimiento del tercer signo monetario, el peso argentino., con cuatro ceros menos que el peso ley y seis menos que el ya archivado moneda nacional.
Hubo siete ejemplares de pesos argentinos con la imagen de San Martín, los de 1, 5, 10, 50, 100, 500 y 1.000. Si no se llegó al billete de un millón no fue por que la inflación se había atenuado sino todo lo contrario.
El peso argentino duró solo 2 años y 14 días y en junio de 1985 nació el austral. Con la urgencia de lanzar un nuevo signo monetario con desagio incluido, los pesos argentinos continuaron circulando, pero resellados. San Martín arrancó con el billete de 1 austral pero la inflación se hizo cargo del resto con las denominaciones de 10.000, 50.000 y 500.000 australes.
En el apuro por lanzar el austral, hubo que resellar los pesos argentinos. Así San Martín pasó de 1.000 pesos argentinos a 1 austral de un día para otro.
El resto es historia conocida. Con trece ceros menos que el peso moneda nacional, el 1° de enero de 1992 se inició la historia del peso, primero convertible y luego peso a secas, que aún sigue en circulación con dos reversos diferentes: el original con el Cerro de la Gloria y otro con San Martín junto a José Artigas, Simón Bolívar y Bernardo de O’Higgins, en este caso con un rostro levemente modificado de San Martín en el anverso.
El primero en quedar en el camino fue el billete de 1 peso, con Carlos Pellegrini. Mitre, con el de 2, fue el siguiente y a fin de mes San Martín será el tercero.
Comenzará así, después de 78 años, una nueva etapa sin la presencia de San Martín. La historia es una muestra de que, si llegase a volver, podría ser más por los efectos de la inflación y la depreciación del peso que por la veneración a su persona y a su obra.
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