El futuro de las intervenciones cerebrales es en 3D

¿De qué tratan los nuevos videomicroscopios con imágenes en alta definición y por qué los médicos cirujanos creen que podrían revolucionar sus salas de operación?

La paciente desapareció debajo de un paño quirúrgico tras otro hasta que todo lo que se podía ver era un triángulo de su cabeza afeitada.
El dispositivo en Lenox Hill, conocido como Orbeye, fue elaborado por Somed, una empresa conjunta de Olympus y Sony. Langer ha recibido honorarios de la empresa por concepto de consultoría.


Varios centros médicos en Estados Unidos también han puesto a prueba el Orbeye.


Charles L. Branch, director de Neurocirugía del Wake Forest Baptist Medical Center en Winston-Salem, Carolina del Norte, ha usado el equipo en unas veinte operaciones de columna, todas mínimamente invasivas y realizadas a través de un tubo.

 La pantalla grande usada con el videomicroscopio lo vuelve una herramienta útil de enseñanza y deja que los cirujanos operen mientras ven hacia el frente, lo que les evita problemas de cuello que pueden poner fin a sus carreras.

“En el primer caso, casi sentí que me estaba mareando, como cuando uno va en movimiento en un automóvil”, recordó. Sin embargo, fue una sensación pasajera y se adaptó en poco tiempo.


“Es de verdad genial”, comentó Branch. “Es como estar en la pantalla Imax. No solo permite al cirujano ver qué está pasando, sino también hacerlo a todos los que están en el quirófano. En lugar de tener que inclinarme sobre el microscopio y tensar el cuello o la espalda, puedo sentarme cómodamente, ver la pantalla grande frente a mí y trabajar con las manos”.


Describió la cámara como fácil de mover, ajustar e inclinar en varias posiciones, lo cual no es posible con un microscopio.


“No creo que sea un artefacto extravagante”, comentó. “Creo que se adoptará ampliamente y con bastante rapidez”.


Mark Miller, vocero de Olympus, dijo que el precio del Orbeye sería similar al de los microscopios quirúrgicos estándar, que oscilan entre 200.000 y un millón de dólares. El sistema que Lenox Hill compró cuesta cerca de 400.000 dólares, reveló Langer. Otras empresas también están tratando de ingresar al mercado.


Bob S. Carter, jefe de Neurocirugía del Hospital General de Massachusetts, señaló que usar el Orbeye era como tener “los ojos de Superman”, pero agregó que su hospital también estaba evaluando otros dispositivos y que todavía no habían decidido cuál adquirir. Afirmó que la tecnología “es el camino del futuro”.

www.nytimes.com

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